Todavía existe una gran falta de conocimiento sobre cómo aceptar, comprender y ayudar a las personas que padecen enfermedades mentales, y a menudo se les juzga con prejuicios. Muchos no son conscientes de que el sufrimiento mental es tan común como el sufrimiento físico, y puede afectar a cualquier persona. De hecho, las alteraciones emocionales y las enfermedades mentales afectan aproximadamente al 20% de la población.
A este rechazo social se suma el hecho de que muchos de los afectados tienen una baja autoestima, sienten vergüenza o se consideran culpables de su trastorno. En este sentido, los especialistas recomiendan ignorar los estigmas adoptados por la sociedad, aceptarse a sí mismos, valorarse y reforzar su autoestima. Nadie debe sentirse avergonzado por tener una enfermedad mental.
Si nadie se enoja o se irrita con una persona que tiene una discapacidad física o un problema cardíaco, simplemente porque están enfermos, tampoco es lógico hacerlo con las personas que sufren trastornos psiquiátricos. Para ayudarles a enfrentar e incluso superar sus problemas mentales, debemos respetarlos y mostrar empatía hacia el sufrimiento que experimentan, sin caer en una compasión que nos lleve a apoyar ideas delirantes o alucinaciones.
Basta con analizar algunos casos para darse cuenta de que son víctimas de la sociedad y rara vez ocupan el papel de verdugos. No suelen ser violentos, salvo en situaciones excepcionales, y cuando lo son, a menudo es hacia sí mismos o como respuesta a tensiones ajenas.
Las estratagemas legales y los medios de comunicación parecen esforzarse por transmitir una imagen equivocada. En muchas ocasiones, justifican los actos violentos, como asesinatos o violaciones, atribuyéndolos a una supuesta enfermedad mental, cuando en realidad la mayoría de las personas que cometen estos actos son personas antisociales y violentas, pero completamente responsables de sus acciones.
Uno de los trastornos que sufre una carga considerable por este tipo de acusaciones es la esquizofrenia, aunque la gran mayoría de las personas que la padecen nunca han agredido a nadie.
La esquizofrenia es una enfermedad mental crónica grave que afecta al 1% de la población mundial, según la Organización Mundial de la Salud, aunque se estima que hay un alto porcentaje de pacientes sin diagnosticar. Además, es una de las diez enfermedades más discapacitantes entre los 15 y los 44 años.
Las personas con esquizofrenia experimentan el mundo de manera muy diferente al resto. De hecho, su cerebro funciona de manera distinta al de las personas sanas. Su enfermedad les impide pensar con claridad, controlar sus emociones, tomar decisiones y relacionarse con los demás de manera adecuada. En muchas ocasiones, tienden a aislarse y pierden la capacidad de conectar emocionalmente con las personas que les rodean.
El porqué de su aparición es aún una incógnita. Aunque el 10% tiene antecedentes genéticos, los genes no son capaces de explicar por sí solos las causas. Tras la enfermedad se esconde algo más que los especialistas intentan encontrar en las características personales y en el ambiente en el que crecen los afectados.
A pesar de los desafíos que enfrentan las personas con enfermedades mentales, es crucial recordar que existen lugares de apoyo y cuidado que brindan la ayuda necesaria. En nuestra casa de reposo de salud mental ubicada en Lima - Perú, nos esforzamos por cambiar la percepción negativa que rodea a estas enfermedades. Reconocemos que el sufrimiento mental es tan común como cualquier otro tipo de sufrimiento y estamos comprometidos a aceptar, comprender y ayudar a quienes nos necesitan.